Tenía que verla y comprobar con mis propios ojos si las amenazas de Corea del Norte a EEUU por culpa de ella eran infundadas. Y bueno, apartándome del sensacionalismo y la prensa que tuvo en su momento, la película intenta ser provocadora, pero no pasa de ser una gamberrada más bien propia del niño malo del recreo.
El punto fuerte es James Franco, que está desatado y hace todas las gilipolleces que le dejan al alcance de su mano. Es una mezcla del Jim Carrey de los 90 y el Ricky Gervais en una gala de los Globos de Oro. Hay una intención muy clara de resultar irritante y agresivo, incluso escatológico, aunque el resultado final se acerca más a la explosión hormonal adolescente gritando a voz pelada su deseo de liberar su furor hormonal interno. Te ríes con él, por supuesto, pero es un personaje intermitente debido a su propio exceso.
Intermitente como el resto de la película. Tiene escenas delirantes y muy cafres, pero no parece que sepa medir cuándo está siendo alborotadora de cuándo simplemente está pasada de rosca. Seth Rogen se guarda un papel que queda tibio durante gran parte de la película, y no es hasta el tercer acto cuando sí arranca alguna carcajada, más por la brutalidad de las escenas que ahí se dan que por el personaje en sí. Y la parodia hacia Kim Jong-Un es, como todo aquí, más propia de caca culo pedo pis.
Tampoco esperaba otra cosa. Quien pretenda ver en ella una provocación como la de 'El gran dictador' es que no sabe administrar sus expectativas. Aquí tenemos un grupo de amigos con muy poca vergüenza que se quieren reír de alguien o algo concreto, y ponen toda la carne en el asador para fabricar situaciones estúpidas sin reparar en criterio propio, deforman a su gusto la realidad y consiguen cierta controversia. Hay más ruido que nueces, logra tocar un rato las pelotas y se hace cómplice del espectador que sepa a lo que va. Y vamos, que el mundo en general también está entrando en una dinámica muy idiota como para dejarse impresionar por esta peli.
5,5/10
No dejo de sorprenderme contigo; todas las críticas que he leído en tu blog se ajustan perfectamente a mi propia impresión cuando vi las pelis (y yo diría que no es habitual que eso pase). Con esta me pasó un poco eso lo que comentas. La prensa la había puesto como un gran desafío a la dictadura norcoreana, y la verdad es que es una soplapoyez, con perdón de la palabra, pero es que incluso le pega. Y el caso es que empieza mejor que acaba. Y sí, muy caca, culo, pedo, pis y poco más. Es una gamberrada de hollywood con la que te ríes un rato; el desbarre te saca mucho del contexto de la peli.
ResponderEliminarJajaja, tan solo intento ser lo más objetivo posible, independientemente de que me guste o no la película.
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