miércoles, 22 de noviembre de 2017

Resident Evil. (Paul W.S. Anderson, 2002)

Valga la redundancia, obviemos lo obvio: la saga se pasa el videojuego por el forro de los genitales. Partiendo de eso, he sobrevivido. Con muchas heridas, con alguna náusea, con momentos de coma cerebral,... Pero he sobrevivido. Si le quitas la importancia de que es una franquicia que está violando uno de tus videojuegos favoritos, incluso hay varios momentos en que puedes sacar algo de disfrute, aunque sea por las risas. No digamos ya de las contradicciones que se van dando película tras película, pero eso ya vendrá más adelante. Vamos a lo que nos atañe, que es el inicio de una franquicia que sorprendentemente ha dado 6 capítulos y una notable recaudación en taquilla.

Esta primera parte, de hecho, tiene algo de gracia. Tiene clara la historia que quiere contar, deja claro desde el principio que quiere ventilarse a cuantos más personajes mejor, y que aquí manda el coño de Milla Jovovich. Le da bastante igual la fuente de la que parte, y solo toma algunos conceptos básicos, dándole un antagonismo desmesurado a la Corporación Umbrella (cosa que en las consolas no era así, teniendo una trama mucho más compleja, con clanes familiares, traiciones y revanchas de por medio), y utilizando el laboratorio secreto de la mansión como escenario principal, dejando la propia mansión en un plano casi residual. El concepto "survival horror" ni se deja ver ni se le espera. Los zombies dan algún susto puntual y se limitan a perseguir presas, y son meras herramientas para malgastar plomo e ir eliminando personajes que sobran (todos menos Alice, vamos). Y el resto de los bichos pues, bueno, dan algo de variedad a lo que se enfrentan los personajes, aunque nunca logren una sensación real de alarma o de aprensión y parezcan trozos de carne fáciles de rematar.


Luego sí, tiene cosas divertidas, como la escena de los lásers cercenadores, la pelea final con el licker, o la inteligencia artificial Reina Roja. Sí, entre tanto material desaprovechado para hacer una versión cinematográfica de Resident Evil digna, pues alguna cosa se inventa Paul W. S. Anderson para que no todo sea vergüenza ajena. Aunque esa sensación la evita más una Milla Jovovich bastante entregada en su papel de molar mazo que un director y guionista antojadizo que no parece tenerle el mínimo respeto a la fuente de la que parte. Para más inri, el tío se recrea en sí mismo con un ego desmedido con alguna bravuconada de cosecha propia con la que creerse inspirado, como el recurso del primer plano de ojo dilatándose, la reiteración del logo de Umbrella para que no se nos olvide quién es el malo verdadero, o su frase para la posteridad: "me llamo Alice" (aunque en esta primera parte no dice nunca su nombre, el resto de la saga hará ese guiño contínuamente a los seguidores).


Bien, una película que es una falta de respeto hacia quienes pretendían encontrar algo que les recordara al mítico videojuego, queda claro. Ahora bien, si se le cambiara el título y nadie me dijera que esto está basado en él, pues diría que tiene mi aprobado. Tampoco una cosa desmedida, porque va a lo mínimo para al menos entretener dejándose cualquier complicación para lograr tal tarea de por medio. Es una de las películas más simples que he visto nunca, tanto en su historia y desarrollo, como en el tratamiento de los personajes y el escenario en el que se mueven. La peli te dice "esto es A, el objetivo es B y para llegar a ello hay que hacer C". Ni más ni menos. Y quizá ese sea su principal y único mérito, que logre divertirme un rato con unos ingredientes que no dan ni para sopa.

5/10


1 comentario:

  1. Pues a mi me gusto cuando salio y como no soy fan del videojuego no me he sentido ofendido. Todas las otras películas son una completa basura y me hacen pensar que Mila o ama mucho a su esposo y lo complace al seguir haciendo estas basuras o le gusta mucho el dinero que le pagan por hacerlas. Pero esta es buena a secas y punto, no es una joya, pero no es terrible ni mala.

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