lunes, 11 de enero de 2016

'Memento Mori', de César Pérez Gellida.

Era inevitable que una historia como ésta me llamase la atención. Si bien no suelo leer mucho de novela detectivesca o noir, sí que es verdad que las tramas de asesinos en serie me causan cierta hipnosis. Además, cada vez que me adentraba en alguna librería o en algún foro literario por Internet, chocaba con algunos comentarios bastante positivos acerca de, no solo esta novela, sino de la trilogía que la contiene, 'Versos, canciones y trocitos de carne'. Que ese es otro factor que me impulsó a decidirme por esta lectura: el título. Porque yo soy así, de amor a primera vista. Entre el "trocitos de carne" y los títulos en latín elegidos por cada una de sus partes, éste libro estaba jugando con mis inquietudes más primarias desde antes de que me pusiera con él. Por último, otra cosa que despertó mi curiosidad: es un libro con banda sonora. O bueno, una lista de canciones sugeridas por el autor y que a lo largo de la narración van apareciendo, y entre las que para mi sorpresa estaban incluídos temas de grupos y cantantes a los que tengo costumbre de reproducir en Spotify, como Placebo, Rammstein o Enrique Bunbury. 

La historia se cuece en Valladolid, y quienes conozcan la capital castellana podrán comprobar satisfactoriamente la fiel descripción de sus calles, plazas y parques en los que el asesino en serie deambula. Esa es solo una de las claves del libro, porque otra de las disparidades de 'Memento Mori' es que rompe con el clásico punto de vista del detective, adentrándose desde el principio en la mente del asesino y en su propia visión de los acontecimientos, por lo que disfrutamos de una tensa doble perspectiva que logra lo que tiene que lograr: enganchar. Por lo tanto, y apuntando lo genuíno que todo ésto resulta, se espera que las sorpresas de la propia historia vengan por otro lado que no sea el descubrimiento de la identidad del homicida. Y lo logra en varias fases de la narración, que se desmarca con un ritmo vertiginoso, con afilados diálogos y con un alma casi cinematográfica.

César Pérez Gellida
En sí mismo, el argumento no es una proeza de la originalidad, pero es que el atractivo que nos ofrece el autor viene de manera retorcida por otro lado. El ejercicio de documentación es impresionante, y cada uno de los datos acerca del modus operandi tanto de los personajes detectives como del villano resultan rigurosamente verídicos y de un interés morboso, y es gratificante comprobar que tales referencias se insertan en las páginas sin necesidad de forzar la escritura. Me resulta importante hacer un apunte acerca de la caracterización del inspector Ramiro Sancho, el principal protagonista, porque también se sale de lo tópico. Carece de pasado turbio o de casos que le dejaron huella en el pasado. No está inmerso en relaciones dañinas. No tiene adicciones que hagan peligrar su actuación, más allá de ser aficionado al rugby y bebedor ocasional. Es un tipo normal, que se dedica a hacer lo mejor que puede su trabajo. Aún no ha tenido ocasión de coleccionar todos esos clichés del género que marcan a sus habituales personajes, porque el caso en el que se sumerge y las personas con las que se va a cruzar son los que va a propiciar la génesis de la figura común a la que estamos acostumbrados.

Concluyendo, 'Memento Mori' atrapa e invita a continuar lo que deja abierto. El lenguaje es dinámico y está bien trabajado para que cualquier tipo de lector se sienta cómodo con él. La intriga está calculada y su progreso es tan natural que según las tramas van creciendo, sus páginas se van devorando sin apenas esfuerzo. La intuición de la que hablaba en el primer párrafo y que me acercó a esta obra tenía fundamentos que han sido corroborados. 'Dies Irae', su secuela, no tardará en llegar a mis manos.

1 comentario:

  1. Muy bien Aitor. Sabes que suelo tomar en cuenta tus recomendaciones. Tiene muy buena pinta este blog. Un abrazo, R.III

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