sábado, 27 de mayo de 2017

Alien Covenant. (Ridley Scott, 2017)

Sí pero no. Muchos aciertos visuales reunidos con desalentadoras torpezas narrativas. Un villano de categoría enfrentado a una tropa de personajes que tienen poco más que ofrecer que ser carnaza para las criaturas que se van dando paso por la película. Un marco de ideas muy interesantes con un desarrollo muy atropellado. En fin, que pese a dejarse ver, el poso que finalmente queda es desalentador.

Me gusta la mitología que se quiere transmitir en esta saga iniciada en Prometheus. Todo el discurso creacionista y existencialista que desprende da para mucho debate, y apunta con balas de plata a las religiones y creencias humanas acerca de los orígenes de la existencia. Pero el desarrollo que se suponía que Covenant debería haber tenido, respondiendo preguntas en el aire que dejó aquella primera, es perezoso a la par que grandilocuente en exceso. Esta grandilocuencia se va de las manos al ser un discurso que no encuentra el adecuado rival al que pueda enfrentarse. Los humanos de la película son simples herramientas que van descubriendo lo que se abre en sus caminos sin cuestionarse absolutamente nada, y parecen decididos a exponerse de forma negligente a todo lo que se les ponga por delante. Carecen de defensa, y no me refiero a defensa propia contra los bichos, sino a defensa científica o empírica, son como niños que no dudan en meterse en sitios donde no deben de manera estúpida. Cosas que admites en películas de terror juvenil, no de una cinta de un Ridley Scott con el ego y las senectud idos de madre.


Por otra parte, está el tema de la mezcla de géneros. La saga Alien era terror con elementos de ciencia ficción. Prometheus en cambio apostaba por la ciencia ficción con elementos de terror. Covenant mezcla ambos géneros sin tener mucha idea por cual decantarse como titular. Y al final hay un batiburrillo serio, no se decanta por ninguno de ellos, y deja la sensación de ser una película de género incompleto, dejando serios vacíos. Por la parte buena, el quitarle peso a la fórmula de bicho cazando humanos y hacer prevalecer el hilo del robot David como psicópata empeñado en jugar a ser dios resulta un viraje acertado, que aporta cierta frescura y atractivo. Pero queda deslucido por la acumulación de dudas que rodean a todo lo demás. Se deja en el tintero algunas ideas interesantes de la anterior película, y sufre de otras absurdas y que no tienen lugar, como una pelea entre robots que te saca por completo de ella. Una pena de oportunidad desaprovechada.


En fin, creo que me quedo con esta antes que con Prometheus, lo cual tampoco es mucho cuando la otra me defraudó bastante. No sabría decir si un revisionado me haría ser más amable con ella, porque creo que tampoco tiene mucho más donde rascar. Los xenomorfos siguen siendo una criatura que me flipa, pero visto lo visto apenas me queda la posibilidad de fascinarme con ellos con las dos primeras de Alien.

5,75/10


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