lunes, 12 de diciembre de 2016

Steins; Gate. Temporada Única.

¿Cómo un anime cuya premisa es que un grupo de amigos logra enviar mensajes de texto al pasado a través de su horno microondas, cuyo tono tira a lo jocoso y juvenil, plagado de bromas pueriles, y con un protagonista cuya personalidad casa perfectamente toda la amplitud de lo que pueda significar ser un gilipollas, termina convirtiéndose en un drama espacio-temporal, en un thriller con carácter de urgencia, en una ciencia ficción con trasfondo distópico, y convergiendo todo lo anterior, en una historia compleja y profunda que sostiene una de las líneas evolutivas de personajes más complicadas y completas que he podido disfrutar?

Con una animación muy sencillita, todo el peso recae en el propio argumento y en los personajes. La historia se presenta con apariencia de shonen pero a raíz del primer giro de trama importante se desmarca como un seinen. Porque la serie te permite estar relajado durante sus primeros 12 capítulos (¡12 capítulos!) en los que apenas hay crecimiento narrativo, al menos no más allá de presentarnos algún nuevo individuo que se una a la tropa que se está forjando y la consecución de alguno de los inocentes experimentos que van realizando. La cosa es bastante hija de puta, porque el carácter ingenuo de esta casi primera mitad de la serie es clave para la empatización con el grupo protagonista, puesto que a partir de un momento clave descubrirán que sus juegos se han vuelto más peligrosos de lo que creían. A partir de este punto, comienza una lucha de Okabe (el protagonista) contra el tiempo y las devastadoras consecuencias a las que les ha conducido los pasatiempos en los que solía centrarse la trama.

Como he dicho, Okabe es gilipollas. O al menos esa es la conclusión a la que llegamos tras conocerle durante los primeros capítulos. Los acontecimientos le llevan a tomar decisiones drásticas y temerarias, y con ello empezamos a conocer el interior de un personaje que va a sufrir mucho, lo que viniendo de una producción japonesa significa momentos de intensidad extrema, que felizmente no desborda. ¿Y por qué decía que la cosa es bastante hija de puta? Porque vamos a echar de menos al Okabe gilipollas. El ejercicio de empatización con él es prodigioso, casi agónico, termina convirtiéndose en un personaje atípico, excéntrico y carismático. Su relación con el resto de personajes, especialmente con su nueva compañera Kurisu y su amiga de la infancia Mayushi, crece hasta límites inimaginables en aquellas peripecias que nos parecerán tan lejanas en este nuevo marco que tomará la historia. Personajes secundarios, por cierto, que tendrán todos y cada uno su oportunidad de explicarse y desentrañar todo lo que sus inocentes apariencias esconden. 

Otra de las cosas que mejor le sientan es su capacidad para recurrir a situaciones embarazosas y bromas estrafalarias que se dedican los personajes dentro del creciente contexto dramático, lo que le dota de mucha humanidad. Como amante de la ciencia ficción, recalco que la sensibilidad es clave en un género que da demasiadas facilidades a la frialdad. El destacar y recordar las cualidades que nos convierten en seres terrenales y de naturaleza perecedera es una virtud dentro de historias con contextos vastos y exorbitantes. 'Steins gate' sabe tocar la membrana emocional sin acudir al terreno sensiblero. 

Muy recomendable por ser una rareza dentro del mundo audiovisual, por su argumento caótico pero sólido, por la ternura que desprende, y porque tiene razones de peso para estar considerada como una de las mejores series anime de todos los tiempos


2 comentarios:

  1. Al principio este anime me repelía un por por ser una adaptación de una novela ligera, y ya sabemos todos que normalmente esto quiere decir mucho fanservice, pero por culpa de reseñas tan positivas como la tuya me esta dando ganas de ver la serie.

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    1. Yo también me mostraba reacio, y tras ver los primeros capítulos algo confusos y con un tono muy distendido no esperaba demasiado. La clave es el punto de giro del capítulo 12, a partir de ahí ves el conjunto como una historia magnífica.

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