lunes, 9 de mayo de 2016

Tigre y dragón. (Ang Lee, 2000)

Al parecer, Ang Lee filmó 'Tigre y dragón' con el firme propósito de realizar la mejor película de artes marciales jamás hecha. Me ahorro sentenciar sobre tal desmesurado propósito, pero lo que queda patente es el antes y después que firma con un sello propio cuyo eco han recogido varias películas posteriores como 'Hero' o 'La casa de las dagas voladoras'.

Una película cuyas bellas coreografías que se quedan impresas en la retina no solo escenifican peleas entre guerreros, sino que son la manera que tienen los personajes de conocerse entre ellos. Son un ritual de exploración hacia el otro, de analizar sus propósitos, su fondo y sus anhelos. Esto no solo entre los propios personajes, sino que esta particular puesta en escena es la manera en que la película ofrece al espectador la descripción de cada uno de ellos. Mientras que la forma de luchar del maestro Li Mu Bai es serena y segura, presentándonos a un hombre sabio y rígido, la jóven a la que pretende como aprendiz se muestra rebelde, desconfiada y presa de una vida que no desea. Las peleas entre ambos reflejan la admiración e instinto protector que ambos se procesan. Por eso la fotografía de esta película está tan lograda. No solo por las poderosas escenificaciones y la manera en que los personajes se mueven por ellas, sino por el mensaje que transmite de manera tan simple usando la imagen. 


Por otra parte, Ang Lee traspasa la frontera de lo meramente estético con una historia feminista en la que son las mujeres quienes toman las decisiones más importantes de la trama, las que más arriesgan y las que se muestran como guerreras. Esto a través de dos historias de romance, una de ellas de amor contenido y reprimido entre Li Mu Bai y Yu Shu Lien, y otra de amor prohibido entre la joven Jen Yu y el ladrón Luo Xiao Hu. El robo de la espada que sirve como anzuelo de la historia no es más que la excusa para que se pongan de manifiesto los verdaderos sentimientos que estos personajes sienten los unos por los otros y de cómo afrontan la imposibilidad de llevarlos a cabo. Temas que el director volvería a visitar en la aún más controvertida 'Brokeback Mountain'. 


Por contrapartida, quizá haya un exceso de metraje que deje en la cuneta a los más perezosos y cierto simbolismo pedante que acaba regodeándose en sí mismo. Nada que empañe una película que trata sobre la libertad abnegada y su equivalente rebeldía indómita. 

8/10


2 comentarios:

  1. Hi!

    Película aceptable, por lo menos más que su secuela. Hace poco que la volví a ver por si quieres pasarte por mi blog :)

    Saludos.

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    1. Yo diría que es una película más que aceptable. La secuela no la he visto, y tampoco me llama.

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