martes, 3 de mayo de 2016

'Seconds', de Bryan Lee O'Malley.

Bryan Lee O'Malley es un autor que ha sido capaz de leerme a mí, como supongo que le ocurrirá a muchos otros lectores de mi generación, en dos momentos distintos de mi vida con una precisión aritmética. El primero de esos momentos fue durante los primeros pasos de la juventud, esa época en la que te resistes a dejar de ser un adolescente pero que la edad te obliga a convertirte en un adulto. Esto lo hizo con la famosa serie de novelas gráficas de Scott Pilgrim, donde combinaba el humor geek con una serie de surrealistas desventuras sorprendentemente épicas. Scott, Ramona y la tropa que les acompañaba se ganaban un lugar especial en el hueco de mi corazoncito que tengo reservado para enamorarme de historias y personajes de ficción.

Unos años después, O'Malley vuelve a hacerlo. Este segundo momento lo llamaré "qué estoy haciendo con mi vida y a dónde quiero ir a parar", en el que el autor me ha agarrado, puesto boca abajo y zarandeado dejando que caigan de mí todas las cosas que llevo cargando y arrastrando desde aquel primer momento. Y lo hace mediante esta cosa tan bonica titulada 'Seconds', cuyo nombre alude al restaurante del cual hasta ahora era dueña su protagonista, Katie, pero que bien podría ser un juego de palabras que alude a las segundas oportunidades

De nuevo, mediante un dibujo simple pero detallista, muy caricaturizable, que no necesita ser realista para resultar real, y colando elementos fantásticos y delirantes a una historia a priori bastante normalita, el autor nos mete de lleno en ese restaurante que será el catalizador de una inesperada fábula cada vez más compleja, y que mediante el humor costumbrista y la sintonía que logra crear con unos personajes con los que rápidamente vamos a identificarnos logra arrancarnos otra vez varias sonrisas. Además, en esta ocasión ha ampliado el espacio dedicado a la ternura y a la comprensión hacia unos personajes que, como el público potencial al que va dedicado este cómic, llevan detrás de sí varios errores que querrían corregir y que la incertidumbre sobre si cada paso que dan es al frente o va a unirse a esa larga lista de inquietudes.

Es una novela gráfica que no se puede dejar de aconsejar. Es amena, optimista, alegre, contiene una historia totalmente natural dentro de sus adorables desvaríos, que te pilla desprevenido, y que conoce el inventario que hace de bulto a quienes quieren de una vez por todas tomar las riendas de su vida. Si eres de los que aún siguen enamorado de los efectos mariposa de 'Eternal Sunshine of the Spotless Mind' o 'Las vidas posibles de Mr. Nobody', esta es tu novela gráfica.

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