viernes, 17 de marzo de 2017

Team America (Trey Parker, 2004)

Es curioso cómo hay películas que con el paso del tiempo pierden fuelle. Es el caso. Lo que hace una década me hizo gracia, ahora me resulta bastante pueril, los chistes y bromas se quedan en la intentona de resultar escandalosos, y tampoco es que logre sacudirme la conciencia con su sarcástica brutalidad.

O he sido yo el que ha madurado, o es la película la que ha envejecido de pena. Y me decanto más bien por lo segundo, porque a mí me sigue haciendo gracia el tipo de humor negro, bestia y tontorrón que destila la película. Pero cuando se usa bien. Lo que he apreciado en esta revisión es una sucesión de anécdotas graciosas con un tono muy idiota, el cual va in crescendo tratando de superarse constantemente. Y utilizar marionetas como método de animación es incluso un chiste en sí mismo. Pero termina resultando como esos tíos pesados que conoces en una noche de borrachera en cualquier sitio, que se arriman a ti e intentan convertirse en tu mejor amigo a base de hacer chistes de cualquier cosa. El resultado termina acercándose a lo patético.

Que sí, hay dos o tres momentos en los que me entra la risa. Esto es como cuando yo me pongo a intentar encestar en una canasta sin tener nada de técnica en el baloncesto: si me tiro dos horas haciéndolo, alguna cuela. Y que no es una comedia de segundo visionado. Seré explícito: ver follar a dos marionetas en todas las posturas imaginables choca la primera vez. Cuando te sabes la jugada, pierde su gracia. Y la supuesta crítica que realiza de forma cínica se queda desinflada, aunque el escupitajo al gremio de actores y artistas por su postureo político es lo que más da de sí en ella. Así que la trascendencia de la película es bastante nula, y eso que en su momento parecía tener ingredientes para sobrevivir. South Park, que también es de Trey Parker, sale mucho más airosa en ese aspecto utilizando el mismo humor zafio y grosero.


Una sátira que ataca a todo lo que pilla por delante: a América (la de verdad, la del norte quitando Canadá), a belicismo descontrolado, al cine de acción desbordada, al ya mencionado gremio de actores, a Bush, a los franceses, a los islamistas, a los musicales. Pero es un ataque tan inofensivo como el berrinche de un niño de cinco años. Quien la disfrutara en su momento, que se aleje de ella si quiere conservar un buen recuerdo. 

4/10



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