domingo, 17 de abril de 2016

Monstruoso. (Matt Reeves, 2008)

Pocas cosas me joden más en el cine que una película con una idea cojonuda estropeada por un mal formato. Y estamos ante un caso que ilustra como pocos esta mala práctica. 'Cloverfield' pudo haber sido el King Kong post 11-S, pero se queda en una película intrascendente y cuyo principal interés se ve mermado por unos protagonistas que no nos importan y una historia que nos conduce contracorriente de donde debería ir.

A priori, una película cuya principal baza es un ser gigantesco, furioso, desconocido y aparecido de la nada, cuya dimensión y forma se oculta al espectador, demoliendo Manhattan a su paso, desde la perspectiva de unos civiles confusos y que no tienen ni idea de cómo escapar a tal desastre me resulta muy atractiva. Y la película debería haberse centrado en eso, porque sus imágenes más poderosas son precisamente aquellas en las que mareas de personas huyen de aquello que nosotros y los protagonistas no hemos visto, pero ellos sí. Esa incertidumbre, la misma que Spielberg supo manejar en 'Tiburón' o Ridley Scott en 'Alien', es el aroma que debería haber impregnado a su cinta Matt Reeves. O J. J. Abrahams. O el guionista Drew Goddard. O quienquiera que fuese el responsable último de decidir que la cosa acabaría filmándose en primera persona con una cámara casera.


La puta perspectiva en primera persona. Creo que solo hay una película en la que la he visto funcionar, y esa es la primera de '[REC]'. En el caso de 'Monstruoso' me marea, me aleja de los personajes más simples que el mecanismo de un botijo, y me dificulta creerme que en tal situación alguien sea capaz de estar soportando la carga de esa cámara sin que alguno de los bichos o edificios cayendo acaben convirtiéndole en puré humano. Cuando hay presupuesto, y en este caso lo hay, alguien debería tener dos dedos de frente para considerar como el formato más adecuado la cámara en mano, con un esforzado y preparado operador cuya incursión en la trama sea cero. Incluso un formato documental hubiese sido tolerable. Pero no, tenían que optar por poner a uno de los personajes, del cual lo único que sabemos es que sale de un botellón caro, a narrar el asunto.


Y ya no solo es que el formato me reviente la película. La historia podría haber sido interesante de haber seguido la acción militar o civil para ver cómo todo se vuelve incontrolable progresivamente, pero no, el guion opta por alejarnos de la acción para irse en busca de la novia atrapada en su casa del chico con más peso en la función. Aquí ya dejó de importarme cualquier cosa que pudiera sucederles. Ninguna empatía con ellos, ninguna empatía por la ciudad de Nueva York, y ninguna empatía por el monstruoso ser que les está atacando en cuanto la trama te imposibilita seguir sintiendo curiosidad por él. 


Mucha torpeza y muchas malas decisiones que llevan a una idea muy jugosa a ser monstruosa, en el peor sentido de la palabra. 

4 / 10


No hay comentarios:

Publicar un comentario