lunes, 4 de enero de 2016

Bakuman. Tomo 20: sueño y realidad.

La historia que abarca los 10 años que tardan los esforzados protagonistas en cumplir su sueño de ser
los mangakas números 1 llega a su fin. Qué menos que aprovechar haber terminado de leer el último tomo de la obra de Tsugumi Ohba y Takeshi Obata el día de Año Nuevo para hablar de la serie manga en sí. 

'Bakuman' es una cosa extraña: manga dentro del manga, una autorreferencia constante que el propio medio no había explorado con tal profundidad. Y el experimento es la repera. Lo que más mola del asunto es lo evidentemente bien documentado que está, cualquier dato o curiosidad acerca del mundillo de los autores de cómics japoneses que aparece a lo largo de la narración es veraz y riguroso. Pero los autores no tratan su historia como una enciclopedia, ni se regodean de sus conocimientos y capacidades acerca de su propia profesión. Bueno, no mucho. A través de los dos personajes principales, los Ashirogi Muto, y de ese gancho principal que es viñetear su odisea dentro de la revista Shonen Jump, nos cuelan la historia de cómo Saiko, el prota, ayudado por su colega Shuujin, se enamora de su compañera de clase Azuki, y de cómo la pareja llegará a ser realidad tras prometerse mutuamente cumplir sendos sueños: llevar al anime un manga dibujado por él, y cuyo personaje femenino principal será doblado por ella. Ah, bueno, dato sin importancia: los enamorados no podrán verse hasta que esto se haga realidad. Locurón. 

El sufrido ascenso al éxito no es ni tan siquiera lo mejor del manga. Porque la miscelánea y cantidad de secundarios que se suceden en los 20 volúmenes es comida aparte, hasta tal punto que en los bocadillos en los que están fuera de escena y se les hace referencia se recurre a monigotes para recordar al lector de quién demonios se está hablando. Lo mismo ocurre con los mangas que se van escribiendo dentro del manga. Porque sí, dentro de la propia historia nos encontramos con reproducciones de las historias que toda esta muchachada escribe dentro de ella. ¿Lioso? Pues milagrosamente no. Todo se entiende, todo queda cerrado, y nada queda con la bisagra suelta. La resolución de absolutamente todo lo que ha acontecido en una década queda solucionado sin necesidad de recurrir a las constantes ayudas y recordatorios que se ofrecen en cada tomo a los que más ayuda necesiten para seguir el hilo. 

El gran mérito de las hazañas de los Ashirogi es competir en un mercado plagado de héroes de acción, técnicas mágicas y universos fantásticos. Recordemos que la anterior y popular obra de Ohba y Obata fue 'Death Note', en donde cada capítulo exponía hazañas cada vez más sobrehumanas, y que por cierto, tiene su correspondiente referencia en los tomos finales de 'Bakuman'. Aquí, sin embargo, se nos presenta un mundo puramente real en el que la ficción se sucede a través de estrambóticos personajes, pero con conmovedora seriedad y capacidad por fascinar. Destaca también por hacer leer más de lo habitual. La lectura abarca más que el dibujo en gran parte de la narración, y el riesgo de asustar a muchos amantes del shonen es alto. Pero las conversaciones tienen tanta dinámica que regatean fácilmente el posible desinterés que podrían generar. Aparte de cariño, mucho cariño, de unos autores a los que les gusta su trabajo.

La parodia y el humor están presentes, y se presta ocasionalmente a la ironía para lanzar algunas pullas a la propia industria y maquinaria del shonen. Algo parecido a lo que hizo Hayao Miyazaki en su película 'El viaje de Chihiro', aunque éste de manera más camuflada. La tensión constante que ofrece 'Bakuman' de personajes matándose a trabajar por lograr entregar a tiempo nuevos capítulos de sus obras, de compaginar tal trabajo con asistencia a fiestas de empresa o reuniones con editores, o los piques que van surgiendo entre ellos compitiendo por subir en los ránkings de popularidad y ventas, se alterna con momentos más relajados, la mayoría de las veces a través de esa galería de secundarios, recurriendo a situaciones que se van repitiendo, pero más exageradas según se avanza y que dan pie a nuevos gags cada vez que se acude a ellas. Como ejemplo a esto, una de las más brillantes y graciosas tramas secundarias tiene que ver con las desventuras de Hiramaru, al que todos consideran un genio pero que, simplemente, odia trabajar y es un vago vocacional, al que su editor está constantemente chantajeando emocionalmente para terminar a tiempo los capítulos de sus mangas. O las apariciones del autosuficiente Eiji, principal rival de los Ashirogi Muto, otro tipo de genio que no necesita ningún esfuerzo para crear mangas potencialmente extraordinarios. 

Quizá lo que más me rechina de 'Bakuman' es lo mismo que en su momento me rechinó de 'Death Note': el personaje femenino. A Azuki se la describe casi como la chica perfecta, y pese al esmerado esfuerzo por concederle peso a través de sus propias capacidades por llegar a ser una gran actriz de doblaje y cumplir su sueño por sí misma, al margen del protagonista masculino, no termina de desprenderse de ese aura de florero necesario para engrandecer la figura de Saiko. No criticaré el hecho de que sea demasiado pura, porque en eso se basa la relación entre ambos y es el mérito más destacable de sus cargas emocionales, la pureza que se prometen al principio y que debe permanecer intacta hasta lograr sus objetivos profesionales. Pero que en este último capítulo sea él quien vaya a buscarla en UN PUTO FERRARI... Que son ricos, famosos, y por fin van a consumar el matrimonio, vale. Pero no sé, después de tanto tiempo creciendo a base de modestia, se me antoja una motivada del quince. 

Pese a este pequeño contratiempo, la obra merece mucho la pena. Porque 'Bakuman' no es un manga cualquiera. Es una oda al manga, de calidad innegable, muy especial, con un cuidadoso diseño de personajes, un dibujo detallista y muy visual que en múltiples ocasiones no obvia ni siquiera en los fondos. Muy recomendable.

3 comentarios:

  1. Me han recomendado muchísimo este manga, ya que me gusta Genshiken y me entusiasmó Welcome to NHK.


    Tal y como mencionas esta es una oda al manga, así que le daré una oportunidad. Gracias por terminarme de convencer!

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    1. Desde luego, es una oda al manga, pero no se queda en esa superficie. Las tramas que se van sucediendo son bastante divertidas, y los personajes están muy trabajados.

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  2. Me han recomendado muchísimo este manga, ya que me gusta Genshiken y me entusiasmó Welcome to NHK.


    Tal y como mencionas esta es una oda al manga, así que le daré una oportunidad. Gracias por terminarme de convencer!

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