Las películas de Wes Anderson poseen un aura muy especial. Al parecer, era para él un deseo mayúsculo poder llevar a la pantalla el primer cuento que se compró de niño, y echa mano de la animación stop motion a base de personajes y decorados creados con plastilina para cautivar con una propuesta que desde el primer fotograma lleva su sello. Todo en 'Fantástico Sr. Fox' es autóctono del cineasta de Houston, desde los encuadres milimétricamente marcados por un patrón céntrico de planos sólamente alterados por el movimiento de los personajes y por los subrayados zooms y travellings de la cámara, hasta la concienzuda paleta de colores escogida, sin olvidar el punto excéntrico, pueril y elegante que poseen todos sus personajes.
Hay una razón por la que a la hora de compararlo con otro director muy parecido, Tim Burton, prefiero a Anderson: es igual de exagerado y su obra la encierra en un microuniverso de firma muy distinguible, pero jamás resulta excesivo. La película que tenemos ante nosotros resulta ser una fábula humanista cuya cinematografía usa ingredientes propios del western y de algunas comedias de vodevil. La resolución de sus situaciones son lineales pero se solucionan de manera poco convencional, y vienen acompañadas de juegos de palabras. Sus conflictos inesperados cabalgan entre la romántica épica a pequeña escala de 'Moonrise Kingdom' y la desaforada inmensidad de 'Gran Hotel Budapest'.
La chulería y el descaro encantador de Mr. Fox (merece mucho la pena la versión original, donde pone voz George Clooney) le convierten en un personaje delicioso. Sin olvidar el séquito que le rodea, destacando a Ash, su hijo de 2 años (12 años zorrunos) con un marcado cinismo y problema existencial debido al carisma de su padre que hace sombra sobre él. Tanto la relación paterno-filial como la que el pequeño tiene con su superdotado primo dan varios de los momentos más simpáticos de la película.
El tono marciano de Anderson empapa esta colorida y novedosa cinta de animación. Técnicamente no resulta tan impresionante como obras de Pixar o Dreamworks, pero formalmente es una belleza. Aparte de que el gran peso del conjunto lo sostiene el guion, cuyo principal valor es que posee alma, posee vida.
8/10
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