sábado, 11 de junio de 2016

'Marica', de William S. Burroughs.

No creo haber entendido del todo la obra, o quizá la obra no me haya entendido a mí. El caso es que no hemos acabado de conectar el uno con el otro. Básicamente porque Burroughs, quien utiliza al personaje principal, Lee, como seudónimo de sí mismo, expone una historia deprimida y pesimista en la que no me acaba de dejar claro si su protagonista es un héroe romántico y rebelde, o un charlatán aburrido y carente de vergüenza cuyas acciones responden únicamente a la impulsividad sin rumbo de quien carece de objetivos. Me gusta la ambigüedad, pero no me gusta que se use la ambigüedad para tratar de ocultar lo que uno piensa pero no se atreve a confesar.

Me da la sensación de que Burroughs condena al propio personaje, homosexual y drogadicto, pero con la boca pequeña. Que intenta ser una especie de autor avanzado a su época (el libro está escrito en la década de los 50 y publicado finalmente a mediados de los 80) amparándose en un viaje por Sudamérica profunda donde casi todo rozaría lo censurable en aquellos años, pero que en realidad él mismo apoya la decadente condición del que va marcando los actos de sus páginas. 

William S. Burroughs
Una especie de búsqueda de sí mismo, en la que finalmente no encuentra nada. Hay emociones, hay exploración del dolor, hay necesidad de afecto. Pero hay mucha frialdad. E insisto, todo bajo un marco condenatorio que el propio autor parece amparar pese a sentir pena por sí mismo. Recordemos que el protagonista es el propio personaje de Lee. 

Me confunde y me enerva. Quizá ese fuera el verdadero propósito de Burroughs, y si ese el caso, bravo. Pero no puede contar con mi admiración. Un libro que lo único que me aporta es un inexplicable desasosiego no me aporta nada que pueda valorar positivamente. Me hubiera bastado con algo con lo que aferrarme, a cierta honestidad dentro de la lectura. Y estoy de acuerdo en que la obra no tiene que ser honesta, porque de eso se trata la ficción, de mentir. Pero si me mientes sin contarme una verdad, me estás tratando de colar un cinismo vanguardista contraproducente a propósitos estimulantes, me da la sensación de que estás desesperado por ser un escritor maldito y regodearte de ello. Y perdonadme, pero es que los rebeldes sin causa me aburren.


2 comentarios:

  1. Uy, no sé si se publicará dos veces este comentario, lo escribí y se borró.

    Te comentaba que me había encantado la reseña y que era uno de mis libros pendientes. Tengo muchas ganas de leerlo porque me fascina la Generación Beat. ¡Un saludo!

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    1. Pues este ha sido mi primer acercamiento a la generación Beat, y como puedes deducir con la reseña, me ha dejado frío.

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