sábado, 18 de febrero de 2017

Batman: La LEGO película. (Chris McKay, 2017)

Festival del humor y risas tochas, eso es lo que ofrece, eso es lo que da. Desde el minuto 0, porque no han empezado los créditos y ya empiezan los chistes, te demuestra que la apuesta va en serio. Tildarla de comedia alocada es quedarse corto, porque la franquicia lo ha vuelto a hacer: convertir una parodia hecha con juguetes en una disección del personaje, le expone a un foco reflexivo sobre su evolución a lo largo de los años imposible en cualquier otro contexto, y finalmente celebra el absurdo y la inmadurez de lo postmoderno con una sucesión de escenas hábiles, inteligentes, divertidas y repletas de referencias pop.

La comedia funciona en el terreno en que cualquier buena comedia funciona: en el de la autoconciencia. Sabe qué suelo está pisando, se sale del tiesto cada vez que lo cree oportuno, y se envalentona intentando estirar el chicle hasta el límite más adecuado para no entrar en parcelas ruborizantes. Sí que es verdad que es una función con tanta energía que sales de ella saturado, pero eso es debido a que la imaginación de sus responsables no tiene obstáculos. La experiencia es similar a una sesión de brainstorming imparable y caudaloso. 


Y el asunto no se queda en las referencias al propio universo de Batman. Hay numerosos y sorprendentes cameos, cuyas intervenciones están estudiadas con lupa. Y cuando crees que la broma no se puede poner más bruta, te regala una nueva gamberrada. Es una película con la que hay que desmelenarse, igual que ocurría con "The LEGO Movie", hay que dejar que la carcajada fluya, hay que disfrutar de ella sin sentir vergüenza de ser adultos pasándoselo en grande con una película de este calibre.


No puedo olvidarme de la animación, que explota las infinitas posibilidades del mundo que está manejando, y que está caracterizada por un mimo freak maravilloso. El toque de genio es saber usarla para completar la sátira, no quedarse en simple herramienta de construcción visual, sino en explotar gags, aunque en ocasiones cueste asimilar todo lo que está ocurriendo en pantalla. 

Quizá sea la película de DC que más conoce y más respeto tiene por sus personajes. Eso no la convierte en la mejor, ni mucho menos, pero sí con la que el público afín más camaradería va a sentir. El homenaje es sublime.

7,5/10


No hay comentarios:

Publicar un comentario