Es una película cuca, con cierta intención de dejar poso, pero de la que realmente no tengo demasiadas ganas de hablar, por lo que creo que la atención que se le presta mientras uno la ve no se convierte en eco divagador pasado su visionado. Parece querer llegar al corazón a través de personajes de existencia marcada por las decepciones, tiene atmósfera con buen rollo, pero recarga demasiado su sencillez con ciertas excentricidades que parecen querer tener más protagonismo del adecuado. Y que la cabeza pensante del tema sea Josh Radnor con su eterna obsesión por ser la imagen viva del tío cercano a los 30 que no encuentra con quién compartir la vida termina resultando irritante.
Más interesantes que esa historia principal cuyo ego conductor es el del protagonista de 'Cómo conocí a vuestra madre', que para colmo de talante aquí hace las veces de guionista y de director, son las otras dos historias que se desarrollan durante la peli. Carecen de falsas angustias, al contrario que la que más peso tiene, y paradójicamente las protagonistas sí parecen tener motivos de sobra para tomarse en serio sus propios problemas. La lucha a la que hace frente la historia protagonizada por Josh Radnor, con secuestro "cuqui, tierno y simpático" de niño por medio, parece habérsela buscado a posta el protagonista porque no tiene otra cosa que hacer con su vida que llamar la atención dando pena y siendo un capullo. La premisa es similar a la de su Ted de la citada serie: está mentalizado de que se le va a pasar el arroz, y ha encontrado a la chica que encaja con él 100%, y ahora solo tiene que convencer de ello a la muchacha. Tío, me cansas.
La película emula precisamente a series del palo de 'Friends' sin la simpatía que sus personajes despiertan, sin la complicidad que ellos transmiten, y que tropieza cuando entra en el terreno de la comedia gamberra. Sin embargo, en el terreno del romance sensible de la historia protagonizada por Malin Akerman sí que funciona. Si la película se hubiese centrado en ella en vez de en el ombligo de Radnor, hubiera estado varios peldaños por encima del resultado final. Aparte de que la carga de sinceridad que lleva esa subtrama llega inmediatamente al espectador, no tiene que marear la perdiz para llamarnos la atención ni volverse estrambótica. Ese arco es el que realmente salva todo lo demás y hace que el visionado no sea una pérdida de tiempo.
Y bueno, ¿sabéis cómo termina cada episodio de 'Cómo conocí a vuestra madre'? ¿Con reflexiones de Ted acerca de las relaciones, de la amistad, de cómo debería o no debería ser el amor? Aquí tenemos la misma terapia, pero sin ser HIMYM. Lo mejor que se puede hacer es ver la película y empezar a buscar otras comedias del mismo estilo que hacen lo que esta pretende, pero con más estilo y encanto. Como película de iniciación al género suponiendo que hayas estado desconectado del cine romántico indie durante los últimos 20 años, puede valer.
6/10
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